El viernes pasado tuve la mañana libre. Era mi primer día de vacaciones navideñas, los niños estaban en el cole, y mi señora esposa trabajando. Así que decidí darme una vuelta por la Pedriza, y ver con mis propios ojos la Grieta.
Después de dejar a los chicos en el cole, puse rumbo a Soto del Real, y desde allí, por la carretera que lleva hacia Manzanares el Real cogí un camino de tierra que lleva hacia la Grieta, de hecho el coche se puede dejar a unos 300 metros (o menos) en línea recta de la entrada.
Con el GPS la encontré sin problemas. Descendí fácilmente utilizando la cuerda que hay instalada a tal efecto. La bajada es sencilla, sólo descolgarse menos de dos metro, y ya estás dentro. La subida (porque también tendremos que salir de allí) también es sencilla, ya que la cuerda sirve de apoyo, no hace falta subir trepando ni nada parecido.
Una vez dentro, parece que estás en un escenario de película de Indiana Jones o El Señor de los Anillos. Sólo se oye el eco de tus propios pasos, mientras ves hacia arriba los más de diez metros de pared de roca a uno y otro lado. A continuación unas fotos.
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La Grieta 1 |
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La Grieta 2 |
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Al fondo el Cerro de San Pedro. |
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En equilibrio. |
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Embalse de Santillana. |
Me esperaban 14 kilómetros de los que casi la tercera parte eran entre las rocas de la Pedriza. Menos mal que las marcas blanco-amarillas marcaban la senda, porque era difícil escoger el camino a seguir.
Por fin llegué al punto más alto. Desde allí ya sólo quedaba bajar al Collado de la Dehesilla, y desde allí continuar hasta el punto de partida, pasando por la mina abandonada de gneiss.
La bajada hasta el collado era en algún tramo un poco complicada, o al menos eso me parecía a mí. Tal vez porque iba solo, me daba más miedo que en otras ocasiones parecidas en las que iba con más gente. Una vez en el Collado de la Dehesilla, que por cierto es un lugar muy bonito, continué siguiendo un sendero que a ratos desaparecía. Menos mal que no había pérdida posible, sólo había que seguir el valle hasta el final.
Por fin la senda se hizo más definida y más fácilmente transitable. Además ligeramente cuesta abajo y llano. El camino me llevó al lado de una antigua cantera de gneiss de dónde se sacaba la roca para hacer los adoquines con los que se empedraban las calles de Madrid hasta mediados del siglo pasado.
Desde allí el sendero se convertía en un camino forestal bastante ancho, que me llevaría hasta el punto de partida. Como a dos kilómetros de mi destino, pasé por una casa de guardias forestales. había varios coches allí, y estaban preparando algo en una parrilla. Me imaginé que sería su comida de "empresa", y creo que acerté, porque más adelante pasó hacia allá otro coche de forestales con cinco ocupantes.Por fin llegué al coche. Me senté y casi no me podía creer lo cómodo que era el asiento. Me comí mi bocata, y de vuelta a casita.
A pesar de que se me hizo un poco cansado, el recorrido pasa por sitios muy bonitos, y se pueden ver panorámicas poco vistas del embalse de Santillana. Merece la pena, pero mejor es hacerla acompañado.
Si os animáis a hacer esta ruta, podéis encontrar el track GPS en:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5830857