Este año parece que la cosa está mejor organizada. Los "speakers" han cumplido religiosamente con el tiempo estipulado y por lo tanto nos ha dado tiempo a comer sin prisas y a tener un momento de descanso antes de ir a cenar, que estoy aprovechando para escribir esto. El año pasado fue una pesadilla. Todo el mundo excedía el tiempo asignado, los retrasos se acumulaban y acabábamos con más de una hora de retraso.
Además este año no han abusado (de momento, todavía queda día y medio por delante) de las expresiones tan sobadas de: proactividad, valor añadido, poner en valor, compromiso, etc... Sólo por eso, para mí ya han ganado algunos puntos.
Como casi todos los años, esta reunión coincide con nevadas y frío. Y aquí al pie de la montaña madrileña, ha estado nevando toda la mañana. Según me dicen, en Madrid ha estado lloviendo. Lo siento por mis hijos, porque siempre están suspirando por que caiga una nevada que les impida ir al cole.
Hemos tenido que venir con cuidado por la carretera, y cuando ya estábamos a punto de dejar el coche en el garaje del hotel, una cuesta arriba con un poco de nieve sobre empedrado, ha hecho que el coche se pusiese a patinar y a deslizarse, pero no como los atletas de Sochi, sino como un patinador novato. Al final no ha pasado nada, pero mis cuatro pasajeros y yo nos henos echado unas risas pensando que íbamos a tener que empujar el coche.
Vista desde la ventana de la habitación del hotel. |
Hasta otra.