Desde el principio de los tiempos el hombre siempre ha intentado encontrar los métodos más variados para hacer su vida más sencilla.Desde los cuchillos de sílex para no tener que cortar la carne a dentelladas, hasta los coches que conducen sólos, pasando por la rueda. El sábado pasado fui testigo de un ejemplo de inventiva sin precedentes, digna de constar en los anales (y nunca mejor dicho) de la historia de los inventos.
Como todos los inventos, éste ha surgido de una necesidad que a muchos nos ha surgido alguna vez. Pongámonos en situación:
Un padre (o madre) que saca a pasear a su hijo pequeño que todavía no anda y ha de ser acarreado en brazos o en un cochecito. De repente hace su aparición la necesidad natural de excretar en estado sólido. Las alternativas son las siguientes:
- Meter el carrito al retrete público, y proceder a la evacuación intestinal. No es posible. Normalmente estos habitáculos (nombre muy apropiado) no son muy grandes.
- Extraer a la criatura del carro y evacuar con él en brazos. Hasta aquí es posible, pero después hay que limpiar, y habría que ser un gran malabarista para sujetar al niño con un brazo y con el otro cortar, doblar y restregar el papel por el ojete.Tampoco es posible.
- Dejar al niño en el carrito fuera del habitáculo y evacuar con la puerta abierta. A todos nos gusta tener intimidad en ese momento. Opción no válida.
- Dejar al niño en el carrito fuera del habitáculo y evacuar con la puerta cerrada. No es posible por seguridad. Al acabar podríamos encontrarnos con que el niño no está, y con una demanda por negligencia en el cuidado de un menor.
Pues bien. El invento en cuestión consiste en ¡una sillita de bebé colgada del pared del váter! No, no es broma. Adjunto una foto sacada por mí en los servicios del centro comercial de Montecarmelo.
El invento del siglo. Arriba a la izquierda puede verse la sillita para el niño. |
Por supuesto, la sillita tiene su arnés para sujetar a la criatura y que no caiga al suelo de cabeza. Está todo pensado... Sólo me queda por mostrar mi admiración por el inventor de este sistema, que supondrá una mejora en la "calidad de vida" de los padres.
¡Grandioso invento! No hay nada que se resista a la mente humana cuando la tensión intestinal hace acto de presencia.
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